Las carreras en el atletismo consisten en correr y llegar de primero. En la natación, nadar hasta quedar primero. Pero no todas son así, porque muchas carreras no dependen solamente del esfuerzo del propio cuerpo, sino de un objeto que lleva el peso del movimiento. Esto es usual en todo tipo de deportes y además, requiere una formación mayor debido a que se generan destrezas en función de los equipos que se deben usar.
Por ejemplo: en los deportes de invierno, esto es una constante. El snowboard cross es una carrera donde dos patinadores descienden, y para eso, necesitan una tabla de snowboard. En el caso de los deportes hechos en una pista de deslizamiento, se encuentran el luge, skeleton y bobsleigh. Los tres necesitan algún tipo de trineo, independientemente de sus características, por lo que los individuos no descienden solos.
Pero no solo pasa acá. El ciclismo, por ejemplo, es una carrera que necesita de un objeto, como la bicicleta, para poder participar. Esto es así en todo tipo de modalidades: mountain bike, velódromo y pista o ruta. En el mar también es posible ver esto, pues hay competencias de vela, así como también de canotaje y remo. Todas ellas necesitan de una embarcación para competir, que debe cumplir normas específicas y estar en óptimas condiciones.
Naturalmente, esta lista quedaría incompleta si se dejara por fuera a uno de los principales objetos de todo el mundo de carreras de velocidad: el automovilismo. En este deporte, son vehículos deportivos monoplaza los que compiten en un circuito por ser los más rápidos. Acá hay un mayor nivel de complejidad, debido a que los vehículos compiten también entre sus motores, por lo que es un deporte que va más allá del mero talento humano.
¿Qué retos presentan las carreras deportivas con objetos?
Son muchísimos los deportes que se basan en un objeto desde el que hacer una carrera, por lo que no se trata de ninguna novedad ni tampoco de algo grandioso. Sin embargo, caer en cuenta de la importancia que tiene la reglamentación de estos objetos es uno de los principales retos. Ninguno de ellos puede ser mejor que el otro desde el sentido que genere una ventaja competitiva atroz, por lo que deben ser estrictamente regulados.